El Black Friday y el Buen Fin se han convertido en dos de los eventos comerciales más influyentes del año, impulsados por estrategias de marketing altamente diseñadas para activar el deseo de compra. Más que simples temporadas de descuentos, hoy representan un fenómeno social donde la publicidad, los hábitos digitales y el consumo se entrelazan.
El marketing desempeña un papel central en la creación de urgencia. A través de tácticas como el “último día”, “pocas piezas disponibles” o “ofertas exclusivas online”, las marcas generan sensación de escasez. Esta urgencia psicológica motiva decisiones impulsivas que incrementan el volumen de ventas en periodos muy cortos.
Otro elemento clave es la segmentación avanzada. Con el uso de datos y algoritmos, las empresas pueden dirigir anuncios altamente personalizados según el historial de navegación, intereses y comportamiento de compra. Esta precisión permite que los mensajes lleguen justo cuando el consumidor está más receptivo.
La publicidad también influye mediante la creación de expectativas. Las campañas previas a estos eventos generan anticipación y preparan emocionalmente al comprador. Muchas personas ya conocen qué productos buscar, qué tiendas seguir y cuánto están dispuestas a gastar antes de que comiencen las promociones.
En esta temporada, las redes sociales toman un rol protagónico. Influencers, videos cortos y contenidos comparativos ayudan a reforzar la percepción de oportunidad. El usuario se ve rodeado por recomendaciones que validan la idea de que “es el momento ideal” para comprar.
El marketing emocional es otra herramienta poderosa. Más allá del precio, las marcas buscan asociar sus ofertas con bienestar, logro personal o experiencias significativas. La narrativa de “premiarse a uno mismo” impulsa a los consumidores a justificar compras que pueden no haber estado planeadas.
La publicidad también ha modificado el comportamiento previo a la compra. Ahora, los usuarios investigan, guardan artículos en listas, comparan precios en tiempo real y buscan reseñas antes de decidir. Este proceso de análisis está directamente motivado por el contenido que las marcas y plataformas generan.
Durante el Black Friday y el Buen Fin, el e-commerce se dispara. Las estrategias digitales como remarketing, notificaciones push, correos automatizados y cupones exclusivos ayudan a mantener al consumidor enganchado hasta completar su compra. La combinación de conveniencia y estímulos constantes impulsa resultados excepcionales.
Sin embargo, no todo es impulso. Los consumidores también han desarrollado mayor conciencia, evaluando la veracidad de los descuentos y buscando autenticidad. Esto ha obligado a las marcas a ser más transparentes y a ofrecer ofertas reales para mantener su credibilidad.
Finalmente, la publicidad ha transformado estos eventos en una tradición. Lo que alguna vez fue una fecha de descuentos ahora es un ritual social y comercial. Las personas esperan, planean y participan activamente, demostrando cómo el marketing, cuando es constante y emocional, puede moldear hábitos de consumo a gran escala.
Fuentes:
- Deloitte (2024). Holiday Retail Outlook.
- McKinsey & Company (2023). Consumer Pulse Black Friday Insights.
- Harvard Business Review (2024). How Scarcity and Urgency Influence Consumer Behavior.
- Statista (2024). E-commerce Trends During Black Friday and Seasonal Sales.